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lunes, 19 de febrero de 2007

Tú puedes salvar vidas. Tú puedes ser un héroe.


Todo el mundo admira a los héroes, aquellos que salvan la vida de los demás de forma altruista, incluso en ocasiones arriesgando la suya própia. Y cuando hablo de héroes, no me refiero a los de ficción, que tantos y tantos hay y que una y otra vez se nos aparecen en la vida diária en forma de cómics, películas, etc... sino hablo de los héroes anónimos, esos que de vez en cuando vemos aparecer en los médios de comunicación, porque han socorrido a alguien en un incendio, en un accidente de coche, o en cualquier otro caso en el que alguien está en apuros, necesita ayuda y alguien se la brinda.

Tal vez, debido a esta admiración que todo el mundo procesa a estas personas, me ha llamado tanto la atención esta noticia en la que al final del artículo aporta unos datos que nos dicen que respecto a las donaciones de sangre, las comunidades autónomas que lideran el ránking de donaciones, son Navarra, con 54 donantes por millar sw habitantes, lidera la clasificación, seguida por el País Vasco (47 por mil) y Baleares (46).

La verdad es que nunca me había parado a pensar la cantidad de gente que donaba sangre, qué porcentaje representaría respecto a la población total, pero la verdad es que no me esperaba que fuera un porcentaje tan bajo.

Quién no ha tenido algún familiar, amigo, conocido, etc... o incluso él mismo, que alguna vez haya tenido un accidente de tráfico, o haya sido sometido a algún tipo de cirugía, o cualquier otro caso en el que haya necesitado una transfusión de sangre. Pues resulta que una cosa tan normal y cotidiana como puede ser una operación quirúrgica, (que no sé cuantas se harán al día en este país, pero seguro que no son pocas, y encima las listas de espera están llenas de gente esperando a que se las hagan) no se podría realizar si no fuera por ese porcentaje tan bajo de personas, que de forma altruísta y anónima, pierden media hora de su vida y aproximadamente medio litro de su sangre, ayudando a personas que ni conocen ni conocerán en su vida, ayudando a salvar vidas al fin y al cabo sin esperar nada más a cambio que el refresco y el bocata que dan cuando terminas.


No valen las excusas de que el pinchazo duele, o que no tengo tiempo o nada por el estilo. Si cumples los requisitos (tener entre 18 y 65 años y pesas más de 50 kg) y estás bién de salud, deberías ir y dar sangre, e igual que hacen esos héroes (ficticios o no) que tanto admiramos, estarías salvando vidas.


Aprovecho este rincón que es mi blog, que al fin y al cabo es mi rincón en internet para hacer un llamamiento para que la gente se mueva y acuda a donar sangre. Como dice la publicidad que ponen cuando hay donaciones, tu sangre salva vidas. Aprovecho también para invitar a los blogers que lean esta entrada, a hacer extensivo este llamamiento en sus blogs, o simplemente enlazando a esta entrada. No cuesta nada y estaremos haciendo mucho bién.


Yo soy donante. ¿Y tú?


¿Tú cómo lo ves?
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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay que hacerse donante, es una simplicidad que ayuda muchísimo.

Bender dijo...

Te doy la razón Micalet, pero yo es que me mareo con todas estas cosas mucho. Antes no me pasaba, pero no sé porqué me he vuelto tan susceptible, lo paso muy mal con las agujas.

De todas formas, muchas veces desconocemos los problemas y es bueno empezar por concienciarse de ellos.

Has hecho muy bien poniendo esta entrada.

Micalet dijo...

Si uno por lo que sea no puede donar sangre no pasa nada, pero que el índice de donantes de sangre sea de menos de un 5% es lo que no debería ser. Cuesta muy poco y salva vidas.